Lo cumplieron el cardenal camarlengo y el maestro de las Celebraciones Litúrgicas, quien leyó el Rogito, que fue depositado en el ataúd al final de la celebración. También participaron familiares.
El templo permaneció abierto hasta las 2.30 y reabrió a las 5.40, para recibir el flujo de personas que deseaban despedirse del Papa. El rito de cierre del ataúd tendrá lugar esta noche.
Francisco les dejó este obsequio en la Casa Santa Marta como signo de agradecimiento por la atención recibida.
El cardenal Tagle guió el rezo de la oración mariana en la templo romano elegido por el pontífice para su descanso eterno. El purpurado encomendó a Jorge Bergoglio a las manos tiernas de María.